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viernes, 10 de noviembre de 2017
Veamos que dicen primero los activistas homosexuales que se definen como cristianos: Creemos que la sexualidad humana, sea heterosexual u homosexual, es un don de Dios y algo que se debe celebrar dignamente.
¿Qué dice la ciencia?
Desde el principio la psiquiatría incluyó la inclinación homosexual entre las enfermedades que podían y debían ser tratadas.
Richard von Kraft-Ebing, uno de los padres de la psiquiatría moderna, la consideró incluso como una enfermedad degenerativa en su Psychopatia Sexualis.
Freud incluyó la homosexualidad entre las “perversiones” o “aberraciones sexuales”, a semejanza que el fetichismo del cabello y el pie, hablamos de esto, aquellos que utilizan como elemento de excitación a estos u otras partes del cuerpo como también elementos extra o las prácticas sádicas o masoquistas.
Según este científico conocido como el padre de psicoanálisis, la homosexualidad es una manifestación de falta de desarrollo sexual y psicológico que se traducía en fijar/detener/congelar a la persona en un comportamiento previo a la madurez heterosexual.
En un sentido similar, e incluso con matices de mayor dureza, se pronunciaron también los otros grandes del psicoanálisis, como Adler y Jung. Los psicoanalistas posteriores no sólo no modificaron estos juicios sino que incluso los acentuaron a la vez que practicaban tratamientos considerados curativos contra la inclinación homosexual.
En los años cuarenta, Sandor Rado, psiquiatra sostuvo que la homosexualidad era un trastorno fóbico hacia las personas del sexo o género contrario, que debía ser tratada como otras fobias.
Bieber y otros psiquiatras, ya en los años sesenta, partiendo del análisis derivado de trabajar con un considerable número de pacientes homosexuales, afirmaron que la homosexualidad era un trastorno psicológico derivado de relaciones familiares patológicas durante el período edípico.
Por esta razón el DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) incluía la homosexualidad en el listado de desórdenes mentales.
El esfuerzo del colectivo gay en su afán por demostrar que ellos son un tercer sexo, es antiguo y ya lo sostenía en 1899 un investigador alemán, afirmando que era una característica congénita, y que “nacían de esta forma”.
esto sería como creer que en la Creación….de Dios, de la naturaleza, de quién sea, según la creencia de cada cual hay una tercera forma de realización sexual-humana-emocional….
Intentan asentar la idea de que no se trata de personas heterosexuales con problemas de comportamiento, sino que el homosexual se comporta así porque esa es su forma natural de hacerlo, y que intentar cambiar esa orientación sexual significa ir contra su naturaleza, y ponen como ejemplo a las personas zurdas.
Así su presión sobre la comunidad científica ha sido incesante, aunque ha decrecido algo en los últimos tiempos, en la medida en que su esperanza de obtener científicamente la prueba definitiva para sus posturas se ha visto defraudada una y otra vez, y que sus objetivos se pueden alcanzar social y políticamente sin necesidad de tal prueba.
Pero el mundo científico ha estudiado en los últimos años intensamente esta cuestión. Se han hecho análisis, mediciones, estudios estadísticos, etc. Se ha estudiado de un área del cerebro conocida como INAH-3, el comportamiento de gemelos idénticos, no-idénticos, otros hermanos biológicos, incluso adoptados. En el campo de la genética se ha buscado el gen “gay” con el mismo ansia que el “eslabón perdido” de la evolución.
La falta de resultado a favor de sus pretensiones ha hecho que en la actualidad hasta organizaciones pro gay, y algunos activistas destacados reconozcan que la homosexualidad no ha encontrado en la biología ningún apoyo para el origen natural.
Con todo ese trabajo realizado hasta ahora se puede afirmar que las pruebas hasta el día de hoy han determinado que no existe ningún gen que determine un comportamiento homosexual.
El Dr. Socarides, que es el científico que más ha estudiado el comportamiento gay en el campo de la psiquiatría, y que los gays consideran su bestia negra, ha afirmado que se trata de una cuestión patológica (es decir de una enfermedad psíquica), un desorden, que se origina en la etapa pre-adolescente de algunas personas. Y por lo tanto dentro de las enfermedades que pueden y deben ser tratadas.
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