viernes, 10 de noviembre de 2017

Otro factor importante en el desarrollo de la homosexualidad es el miedo a ser vulnerable en las relaciones heterosexuales. Esta incapacidad de sentirse seguro amando a alguien del sexo opuesto es normalmente inconsciente y en la mayoría de ocasiones tiene su origen en experiencias traumáticas vividas en el hogar. En el caso de los varones, puede ser la consecuencia de haber tenido una madre demasiado controladora, enojadiza y crítica, lo que llamamos castradora; poco afectiva y fría, narcisista e insensible, muy desconfiada, adicta o enferma. En el caso de las chicas, el miedo de confiar en cualquier varón en una relación amorosa puede surgir de haber tenido un padre muy enojadizo, rechazante y distante, insensible hacia su madre, abusivo, duro, egoísta, adicto o falto de afecto. Actualmente, el abandono recibido de un padre a causa del divorcio es una de las mayores fuentes de desconfianza que muchas chicas experimentan hacia los chicos. Estas chicas desarrollan una fobia inconsciente de ser heridas como vieron que lo fueron sus madres. Como resultado, durante un tiempo se sienten seguras sólo con el amor consolador de otra mujer, a las que ven más fieles que los varones. Es por esto y otras cosas que podemos ver a jovencitas, caminar tomadas de la mano, abrazadas, dándose besos cordiales y amistosos, pero que pueden variar esta situación y erotizar la relación amistosa, buscando primero un cariño maternal y luego una relación que satisfaga sus impulsos sexuales. También la desconfianza y el miedo a un compromiso total, como lo es el matrimonio, son extremadamente comunes en los que sufren inclinaciones homosexuales. Una simple relación promiscua sin fidelidad a nadie es hoy en día una de las manifestaciones más significativas del miedo al compromiso.

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